¿Por qué es tan importante saber a qué estación corresponde el haiku que se está escribiendo, leyendo, traduciendo o investigando?
En la tradición japonesa, donde se originó esta forma de poesía breve, la palabra de estació (kigo) nos define a qué estación pertenece un poema. Sin estación, no tenemos haiku, ya que la esencia del poema es situarnos en el paso del tiempo, no sólo al sentir cómo fluye el tiempo sino también cómo se detiene. Para la sensibilidad japonesa, las cuatro estaciones son muy visibles y tangibles y el contemplarlas y sentirlas al máximo es la forma de vivir el tiempo y la vida al máximo. A esta sensibilidad se refiere el concepto de «mononoaware», utilizado desde la antigüedad y conceptuado por Octavio Paz como «el sentimiento de las cosas».